NIÑOS EN JUGUETELANDIA
XOGOS, JUGUETES Y JOGUINES (PARTE 2)
LOS JUGUETES CON UN SOSPECHOSO CAJETIN EN SU BASE
¿PERO CUANTAS PILAS NECESITA EL APARATEJO ESTE?
Pinnnng, doinnnng, bip bip, brrrrmmmm, clink, maravillosos sonidos que para aquella generación de gañanes en pantalón corto eran una auténtica novedad. En la era que dejaba atrás los juguetes de madera y latón cosecharon un exito inusitado estos aparatitos luminosos y ruidosos que tenían la extraña manía de tragar baterias como si de un robot de la NASA se tratase. El triunfador absoluto de esta generación de cachibaches fue el hipnotizante Simon paradigma del cacharro electrónico en su mínima expresión, una simple circunferencia de plástico con cuatro gigantescos botones de diferentes colores que producían una secuencia de luz y sonido que los jugadores debían repetir en el mismo orden y sin derecho a fallo alguno. Los problemas llegaban normalmente en la cuarta o quinta tanda, cuando la cosa empezaba a ponerse un tanto complicada, ya se sabe que a esas edades la paciencia no es una virtud extendida y claro el amigo Simon solia recibir de lo lindo, desde puñetazos a mala baba hasta lanzamiento de disco olímpico. Muy pocos quedan de aquella época si acaso alguno reconvertido en cenicero.
Otro de los best-sellers de entonces fué el innovador Autocross, veamos como lo explico, salpicadero minimalista de coche (volante, llave de encendido y palanca de marchas con dos posiciones) unido a una pista de carreras circular, laberíntica y mareante de un plástico moldeado que daba grima. Esta pista llevaba en su interior un iman que debía ir unido al volante y que a su vez movía un pequeño cochecito dotado de otro iman. Y ya está! cuando le habías dado mil doscientas vueltas al mismo circuito pasabas a la parte más interesante,
el desmontaje y despieze del engendro infernal que tantos mareos te había producido. Que sería de la generación de cineastas patrios de los 90 de no haber existido un invento tan apasionante como el Cinexin, otro gallo les hubiera cantado podeis jurarlo. Este magnífico proyector a tamaño junior era la repera, solo necesitabas una pared lisa (malditos estucados y papeles pintados de aquel entonces) y unas impresionantes ganas de ver una y otra vez la misma película Disney, que leches película, el mismo episodio de cinco minutos. Porque lo malo del invento es que una vez te lo compraban se olvidaban para los restos de tu afán cinéfilo y no te quedaba otra opción que la inventiva infantil (camara lenta, marcha atrás, pausa y sobre todo sombras chinescas) calculo que visioné el episodio de Mickey, Goofy y Donald "Fantasmas solitarios" unas 150 veces antes de que mi Cinexin se fundiera de por vida.
el desmontaje y despieze del engendro infernal que tantos mareos te había producido. Que sería de la generación de cineastas patrios de los 90 de no haber existido un invento tan apasionante como el Cinexin, otro gallo les hubiera cantado podeis jurarlo. Este magnífico proyector a tamaño junior era la repera, solo necesitabas una pared lisa (malditos estucados y papeles pintados de aquel entonces) y unas impresionantes ganas de ver una y otra vez la misma película Disney, que leches película, el mismo episodio de cinco minutos. Porque lo malo del invento es que una vez te lo compraban se olvidaban para los restos de tu afán cinéfilo y no te quedaba otra opción que la inventiva infantil (camara lenta, marcha atrás, pausa y sobre todo sombras chinescas) calculo que visioné el episodio de Mickey, Goofy y Donald "Fantasmas solitarios" unas 150 veces antes de que mi Cinexin se fundiera de por vida.
Tambien gozó del reconocimiento general el Flipper de Rima que provocó el desasosiego general cuando al abrir la caja descubríamos que cualquier parecido con los Flippers de los futbolines del barrio era pura coincidencia. La primera versión del Operación de MB no apta para niños con un puntito de Párkinson o la versión con lucecitas y ruiditos del Hundir la flota. Más tarde comenzarían a aparecer los primeros Spectrum y las primeras videoconsolas Atari y ya nada volvería a ser lo mismo, gracias a Dios porque algunos padres estuvieron al borde de la ruina de tanto invertir en el mercado de las pilas.
MI PADRE TODAVÍA SE PONE MALO CUANDO VE UNO DE ESTOS |
MAS O MENOS ASI QUEDABA UN CARTUCHO DE CINEXIN TRAS HORAS DE VISIONADO |
DO IT YOURSELF
QUIMICA, ELECTRONICA, MAGIA Y CONSTRUCCION, PROFESIONES CON FUTURO
De lo que nunca podremos quejarnos los muchachos de aquella generación es del empeño que pusieron decenas de fabricantes en que aprendiéramos un oficio a cualquier precio, de la preocupación que demostraron ante un probable y negro futuro laboral y, sobre todo, lo mucho que nos llegaron a engañar con productos pretendidamente pedagógicos y extremadamente peligrosos. Fuimos unos cuantos los que dedicamos meses de nuestras vidas a darle la brasa a nuestros progenitores para que nos comprasen el famosísimo y deseado Quimicefa, Los pocos que lo conseguimos todavía andamos buscando al Sr. Cefa para cantarle cuatro verdades. Lo voy a explicar en dos o tres fáciles pasos:
- Los líquidos que portaba en su interior la cajita de marras eran altamente inflamables a la vez que super-corrosivos. Voy a ahorraros el inutil sufrimiento de volver a rememorar las quemazones, urticarias y secreciones lacrimales que sufrí durante el tiempo que este invento mortífero compartió hogar conmigo.
- El cristal del que estaban fabricados los tubos de ensayo y demás envases era tan fino y cortante que hubiera pasado sin ningún problema cualquier control en una carcel de alta seguridad.
- Lo más rayante de todo es que nunca, y digo nunca, nadie logró llevar a cabo ningún experimento de los que aparecían en el escueto libreto que acompañaba al maldito laboratorio portátil.
Electro L, otro que tal baila, era el extraño nombre de una especie de base de pruebas a pequeña escala cuya misión era la de introducirnos en el misterioso mundo de la electrónica y la electricidad. Y no le faltaba razón, pues era cierto que te introducía en esos mundos pero a base de calambres y rampazos en los dedos. Y total lo único que lograbas conseguir (tras no pocos esfuerzos) era encender una lucecita o hacer sonar un timbre, que digo yo que para eso ya estaba el recibidor de tu casa.
Pero sin lugar a dudas el mayor de los timos, el juego que más ilusiones y expectativas truncó, la mayor patraña fabricada, distribuida y vendida a infantes fué el engañoso Magia Borras. Cuanto se llegaron a aprovechar de nuestra inocencia e imaginación, sabiendo de antemano que cualquier chaval desea ser el maestro de los trucos de mafia y prestidigitación los de Borras se sacaron de la manga (nunca mejor dicho) tres pelotitas, un dado, seis pañuelos, una baraja trucada y una endeble varita, e intentaron hacernos creer que con eso y muuuuuuuuuuuucha imaginación íbamos a dejar pasmados a todos nuestros amigos. Y lo mejor de todo es que se sigue fabricando, pobre generación ni-ni.
Lo de los juegos de construcción es arena de otro costal, estos no engañaban a nadie, si en la caja ponía que podías construir el Gran Alcazar (en el caso de Exin Castillos) vive Dios que podías construirlo, otra cosa muy diferente es que lo consiguieras, y si en la caja ponía que contenía tres millones y medio de piezas (en el caso de Tente) ten por seguro que tu madre puede dar fe de que llegó a barrer esa cantidad más o menos.
Para finalizar os dejo una pequeña comparativa, al estilo de las revistas de motor, con la que podréis entender como dos juguetes que se basan exáctamente en lo mismo pueden ser tan diferentes.
EXIN CASTILLOS
PIEZAS PERFECTAMÉNTE DIFERENCIABLES
CONSTRUCCIONES CLÁSICAS Y SOBRIAS
ESPECIALIZACION EN CASTILLOS Y FORTIFICACIONES
RECOMENDADO PARA GENTE TRANQUILA Y CON NOCIONES DE HISTORIA
TENTE
PIEZAS DE MULTITUD DE TAMAÑOS Y COLORES
CONSTRUCCIONES MODERNAS Y DE DISEÑO
ESPECIALIZACION EN BUNGALOWS Y CHALETITOS
RECOMENDADO PARA VIVIDORES Y PUTEROS VARIOS
PUES NADA, QUE NOS VEMOS EN LA SIGUIENTE Y ULTIMA PARTE.